Cuando empezamos a estudiar un idioma, nuestra tendencia es traducir todo a nuestra lengua materna. Esto es normal que lo hagamos al comienzo, cuando nuestro nivel es inicial, porque todavía no disponemos de recursos suficientes para pensar en otra lengua. Pero a medida que vamos avanzando, intentar traducirlo todo es un error que puede llegar a bloquearnos y hacernos perder tiempo mientras estamos leyendo un texto o hablando con alguien en esa lengua.

En el proceso de aprendizaje de nuevas palabras o expresiones, no solo es importante entender su significado denotativo (el que se usa en sentido literal y objetivo), sino que hay que tener muy en cuenta el significado connotativo (el que se emplea de forma subjetiva y que depende de las experiencias socioculturales de los hablantes).  Estas experiencias socioculturales son diferentes en cada país, y por tanto, no podemos tratar de relacionar todo con nuestra propia lengua.

¿Cómo hacemos para pensar en otro idioma y dejar de traducir? Estos son algunos trucos que os van a ayudar en este proceso. ¡Muy atentos!

Aprender asociando imágenes y palabras

Ya sea que estés aprendiendo español, inglés, italiano, francés, portugués, alemán, ruso, árabe, o cualquier otro idioma, practicar la escucha cada día, es una buena forma de entrenar nuestro oído y nuestra mente. Pero la forma más completa de aprender un idioma es viendo y escuchando para asociar imágenes con palabras.

Esto podemos llevarlo a la práctica de varias formas. Una de ellas es mediante el visionado de series o películas en versión original. Como ya te hablamos en nuestra entrada anterior, esta forma de ocio es una buena ayuda en el aprendizaje de idiomas, ya que nos permite poner en práctica lo que ya sabemos en esta lengua, a la vez que incorporamos palabras y expresiones nuevas.

Aprender por asociación con pósit o sticker

Para aprender el vocabulario de los objetos de casa, un buen truco que recomienda AndyGM en el vídeo 6 Trucos para dejar de traducir idiomas en tu cabeza , es pegar pósit o pegatinas en los objetos de nuestras casas con sus nombres para asociar las palabras al objeto. Y si tu nivel es más avanzado, puedes anotar frases que uses en el día a día.

Escuchar y repetir

Cuando estés viendo o escuchando algo en un idioma que quieres aprender, además de anotar todos los vocablos que no conozcas, te recomendamos algo muy sencillo: imitar. Escuchar al interlocutor prestando atención a su pronunciación y después repetirlo en voz alta.

Este proceso de imitación también podemos hacerlo en nuestra vida diaria cuando estemos frente a una persona que habla esta lengua.  Para ello hay que fijarse muy bien en lo que dice y en cómo lo dice, interiorizarlo y tratar de imitar su acento o pronunciación cuando nos toque hablar.

Hablar solo, frente al espejo incluso

Seguramente cuando estás estudiando un idioma, fuera de clase no tengas a nadie con quien hablar en esta lengua. Así que, ¿por qué no hablarte a ti mismo? Habla en voz alta, cuenta lo que estás haciendo o lo que vas a hacer. Incluso, mírate a un espejo mientras hablas, esto te ayudará a perder el miedo de hablar en público en otro idioma.

Olvídate del traductor, usa un diccionario monolingüe

Seguramente utilices con frecuencia los traductores en línea, pero hay que tener en cuenta que estos están programados para traducir palabras o frases cortas. No son capaces de traducir correctamente frases largas o textos extensos. Con su uso no estamos entrenando nuestro cerebro para pensar en otros idiomas, sino que lo hacemos más vago. Hay que estimular el cerebro, no traducir, sino asociar.

En lugar de usar un traductor o diccionario bilingüe, te recomendamos tener siempre a mano un diccionario monolingüe. De esta forma, si no entendemos una palabra, acudiremos a su definición en ese mismo idioma y podremos aprender el significado de las palabras a través del contexto, ayudándonos así a pensar en otro idioma.

Crear una rutina para practicar el idioma

Para avanzar en el aprendizaje de un idioma, debes establecer una rutina para practicarlo, ya sea de manera diaria o semanal. No dejar el tiempo de aprendizaje solo para las clases y las tareas que te mande el profesor, sino que debes tener presente siempre ese idioma.  Exponte a esta lengua todo lo posible: escucha, ve y lee todo lo que puedas.

Otro consejo para incluir en tu rutina es ponerte como obligación aprender algunas palabras o expresiones nuevas cada día. Ya sean una o dos palabras, añadir nuevo vocabulario de forma diaria hará que avancemos progresivamente en la adquisición de un idioma.

Todos estos son consejos por sí solos no son útiles, sino que tienes que practicarlos de manera conjunta. Incorpóralos a tus hábitos diarios y poco a poco comenzarás a pensar en otra lengua dejando de traducir todo a tu lengua materna.

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