¿Es muy difícil aprender árabe?

Se necesita tiempo para aprender árabe, asiduidad, trabajo regular y mucha práctica.

Pero la gramática árabe tiene menos excepciones que el español, por ejemplo, por lo que se considera menos difícil que el latín o incluso el alemán.

Se suele creer que el aprendizaje de la lengua árabe es difícil para los europeos: el alfabeto árabe, su gramática y su pronunciación son totalmente diferentes de nuestras raíces lingüísticas. Un español puede aprender fácilmente a hablar italiano, francés o inglés, ya que las lenguas indoeuropeas se construyen a partir de las mismas raíces.

El árabe no es difícil, simplemente requiere más horas de estudios, esfuerzo, sacrificio y dedicación para llegar un objetivo alcanzable.

¿Y porque precisa más dedicación que otros idiomas?. Pues por varios motivos el árabe nos requiere más horas y tiempo para ser aprendido.

  • Aprender un alfabeto nuevo con sonidos desconocidos.
  • Caligrafía y sistema de escritura diferente, hasta que no se domina el estudio y asimilación es bastante lenta.
  • Un sistema de vocales completamente diferente y que en muchos casos no aparece por lo que debemos de manejar muy bien el vocabulario y la estructura de las frases.
  • Gramática muy diferente a lo usado hasta el momento y mucho más amplia que la mayoría de los idiomas.
  • La mayor parte del vocabulario nada tienen que ver con el de nuestro idioma, no hay parecido o semejanza.
  • La mayor parte de documentación esta exclusivamente en árabe o en inglés, hay poca información en español y encontrar un buen método es difícil.
  • La tentación de transcribir y no escribir en árabe es un mal amigo de aprendizaje y hay que huir de esta acción rápidamente.
  • Hay pocos focos con los que poder interactuar al contrario que paso con otros idiomas como el inglés: cine, libros, series, software para pc, aplicaciones para móvil.
  • La falta de compresión de las personas que nos rodean muchas veces paraliza el aprendizaje del mismo.

Otro de los grandes inconvenientes que tiene esta lengua es que no hay títulos oficiales como ocurre con las lenguas europeas e incluso las orientales (al menos en el caso del japonés existe el Noken, nombre completo: Nihongo nōryoku shiken), así que el único título oficial que os podéis sacar para demostrar vuestro nivel es el de la Escuela Oficial de Idiomas.

Aunque no os lo creáis o no lo parezca en los primeros contactos con este idioma, el árabe es un idioma muy matemático, e incluso las irregularidades más quebrantaneuronas se rigen por unas normas gramaticales que las convierten en irregularidades asquerosamente regulares.

Si aprender a reconocer 28 letras en cuatro posiciones distintas con la vocalización correspondiente de cada esquema os va a suponer demasiado esfuerzo y lo veis como algo imposible, el árabe no es vuestro idioma.

El árabe varía según sus usos. Para todo lo que sea comunicación escrita o mediática se usa el árabe estándar moderno, pero al hablar deben tenerse en cuenta los diferentes dialectos coloquiales que varían según la región. Eso significa que no hablarás el mismo dialecto árabe en Túnez que en Kuwait. Lo cierto es que todos resultan difíciles para los hispanoparlantes ya que muchas de las consonantes se pronuncian haciendo sonidos en el fondo de la boca, al borde de la garganta, que no estamos acostumbrados a producir.

La escritura arábiga está representada por un alfabeto compuesto de 28 símbolos fonéticos que provienen del idioma de los fenicios. La mayoría de las letras cambian de forma de acuerdo con la posición que ocupan en la palabra e incluso puede que la letras se junten o no. Pero lo más complicado de la escritura arábiga recae en el hecho de que se lee de derecha a izquierda, desafiando las formas a las que estamos acostumbrados los nativos de habla hispana (y de otras lenguas occidentales).

La gramática árabe tiene pocos puntos de comparación con los idiomas indoeuropeos. Por ejemplo, la pluralidad de los sustantivos se marca cambiando las vocales y no agregando una “s” final: kitab es libro, pero el plural “libros” se dice kutub. Además, la mayor parte de los verbos son irregulares y se conjugan de 25 maneras diferentes. Eso no quiere decir que no tenga lógica, si no que la misma es complicada.